viernes, 9 de octubre de 2009

Hexaedro o cubo como sistema político




Recordarán que hace unos días expuse mi opinión sobre “negocio en los museos”, y cierta utopía que surgió al desarrollar la lógica, aplicada al marketing. Estoy convencido que no hay más realidad que la que surge del razonamiento sensato. Aunque no debe considerarse esto como una máxima absoluta, porque la insensatez, en uno u otro momento, puede manifestarse. Véase sino la realidad que nos circunda.

Cuando se descubre que todo defecto en el diario acontecer político, está en un cuerpo geométrico regular se acaba pronunciando: ¡Eureka! Lo he descubierto. Sí, sí puede sonar a broma, pero es cierto.

Dije aquello de que los males provenían de un mal planteamiento político, pues éste, al ser piramidal y terminar en cúspide, no deja espacio; sólo permite un asiento, afincado en el vértice por un “clavo” que meten en la “base”. Es más, el término demos-kratia (creo que se escribe así) o participación del pueblo en los asuntos de gobierno, queda totalmente desvirtuado. Es como si por simbiosis, o si el efecto de la luz fuese absorbido por eso que llaman “agujero negro” en el espacio sideral y se armonizaran en un perpetuo complot. Quiero decir: democracia. Así que los griegos nos transmitieron un sistema, que muy bien en teoría, pero en la práctica actual carece de significado. Pero no convirtamos lo complejo en abstracto para volver a centrarnos sobre cómo dar solución al problema:

Por lo tanto, erradiquemos el mal, que no es otro que ese tetraedro de las cuatro posturas, siempre kamasutrenses, para copular a las “bases”; cuando no sodomizarlas.

Bien. Puesto que el poder es el definido anteriormente, invierta las pirámides – que en este caso deben ser truncadas- y situémoslas formando ese cuerpo regular al que llamamos hexaedro. De esta forma, en el centro queda un espacio también hexaédrico que llamamos “dado”. Algo así como un diamante tallado a seis caras, a través de las cuales se irradia la luz del buen hacer con total transparencia. Es más: los visos serán tan proporcionados, que desde cualquiera de las “bases” (pueblo) se verá el centro que ocupa el “dado”; Con éste se puede jugar al juego “a” y al “b”. El juego “a” es de la república. O sea: cada seis años cambiamos de “dado”, que en este caso es el presidente. El juego “b” es algo más complicado y monótono, lo llamaremos monarquía. Este consiste esn manejar, hipotéticamente, ejércitos de tierra, mar y aire, de la siguiente manera: Para el primero, se viste a la persona con ropa verde de gala o ropa del mismo color; sólo que de camuflaje. En el segundo caso, ropa blanca para la gala y ropa azul para el diario trajín. En el tercer movimiento o juego: lo vestimos de azul y azul camuflaje. Lógicamente, juegos de gorras, cascos y entorchados: cordones, orlas, fajines, sables, estrellas y distintivos en general (o más que general) según los cuerpos, y para boato del poder representado: tales como bombetas, anclas y alitas de ángel. En la vida privada el personaje puede usar, como prenda de cabeza, la corona real (no ficticia).

Este juego, como ya se dijo, es embarazoso, pero muy bonito. Lo malo es que resulta tedioso y aburrido. Es como tener un madelman para toda la vida; y que además los “padres” (de la patria) no te dejaran jugar con él. Tiene de práctico, que al igual que en el hexaedro, con seis trajes lo vestimos; más los aparejos, pero bueno estos últimos en la vestimenta, no dejan de ser adornos.


Sigamos ahora con el desarrollo de ese geométrico cuerpo: Entre las diversas formas en que podemos extender las truncadas pirámides hay una en forma de cruz que puede servir par aquellos “estados” no laicos; y el poder religioso queda representado. ¡Ah! Pero entre estos desarrollos hay otro peligroso: hacerlo en forma de Z. Vean por qué: la “base” de esa pirámide puede ser más o menos numerosa y el país con más o menos extenso; nacer en él un señor bajito o alto (con bigotito), que desee anexionarse otros territorios o naciones, y al tener mucha “base” o “masas”, opta por hacer dos “cetas” y para que estas formen un “todo” las entrecruza ¿Me entienden? Hay que prevenir hasta estos desarrollos de progresión geométrico-política.

Pero si a Ustedes no los aburro con este hexaédrico poder, casi perfecto seguiré; aunque los cuerpos se llamen regulares y el poder sea irregular.

Muchas veces me llamó la atención este “dado”. Sus caras cuadradas, y cuando iba a la escuela que el decímetro cúbico, lleno de agua fuera un litro, me entusiasmaba; regodeo, por aquella cuestión de que había que subir la temperatura del líquido elemento, o bajarla si estaba caliente (cuestiones físicas, que el chigrero soluciona con agua pura en el vino). Pues verán: ese cuadrado o polígono de cuatro lados iguales, me recuerda al genio italiano Leonardo da Vinci, con las proporciones del Hombre, dentro de un espacio cuadrangular. Si trazamos dos diagonales en el cuadro que forma el cuerpo humano, con los brazos en cruz y las piernas juntas, nos encontramos con que la intersección de estas líneas, es el centro del referido polígono y coincide exactamente con el nacimiento fálico en la zona púbica. La bolsa escrotal queda fuera del centro; por lo tanto el poder testicular que de ahí pudiera derivarse, queda anulado en el poder político hexaédrico, que originan los cuadrados. Aclaremos que los humanos de regulares tenemos poco; así que la proporción puede ser desproporcionada.

Además ¡Se dan cuenta lo relumbrante que resultaría en cualquier bandera la cruz o el “dado”? No haciendo la Z doble sirve para cualquier país. El dado les enseñaría a los americanos de EEUU, a doblar la enseña nacional en cuadrados y no en triángulos como lo vienen haciendo; además de quitar la pirámide de sus odiosos (por inalcanzables) dólares.

En los próximos capítulos sobre el hexaédrico poder, iré exponiéndoles a Ustedes su composición. También, como éste elimina estandartes, emblemas, cambia la bandera y todo aquello que sólo está respaldado por un obsoleto pasado histórico; que de brillante tienen poco. Además sino ¿de qué vale fundar un sistema, si de éste no exponemos su diseño y organigrama? Para no hacerlo ya tenemos representantes.

Haxa salú

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