domingo, 25 de enero de 2015

Fanatismos



FORXA DE FERREIRO



Cuando se llega a cierta edad es uno responsable de sus actos y los juicios son más pausados. Se pierde la precipitación de la juventud. Se hace, o se cree que se hace, más consciente de lo que se va a decir y, por consiguiente, cuando se escribe se cuidan más las palabras. Si al final éstas crean suspicacias no importa, porque la franqueza debe primar por encima de todo.

Cuando nadie pide tu opinión la das, si quieres, porque nada te obliga a hacerlo ni te condiciona ningún compromiso hipócrita. Si así lo haces, sabes que te enfrentas con la masa que, casi siempre, es la mayoría. Como dice cierto adagio: “¡A dónde vas, Blas? –A dónde los demás”. Sabes que tu actitud te convierte ante el prójimo en un ser raro; en un ser al que parece nada le conmueve, aunque sea todo lo contrario.

Pero ¿por qué en este mundo convulso, no analizan las masas cuál es el motivo que provoca una acción deleznable? ¿Por qué se pierde la objetividad y no se hace un análisis objetivo, aunque en él sea tu equivocada opinión la que prima? ¿No es preferible  esto que acudir como en un hato a engrosarlo? Dicen que la mayoría lleva la razón, pero no siempre es así. Como prueba, diría que dos fanáticos religiosos de un Islamismo que tiene sus creyentes tan moderados como cualquier otra religión, cometieron unos crímenes execrables. Pero ¿quién hay detrás de todo esto? ¿Es que alguien se cree que los fanatismos surgen por generación espontánea? Es cierto que es condenable el hecho y yo lo condeno como el que más, pero no por ello dejo de hacerme preguntas ¡Y ya me gustaría tener respuestas!

No critico ni censuro a los manifestantes que se reúnen, en este caso, para solidarizarse con las víctimas, pero me asustan tanto las masas como quien las convoca, si éstos no son moderados. El grupo puede ser peligroso. Y mucho más si el que acude a ese duelo va de forma irresponsable, sin criterios firmes. Recuerdo una manifestación contra cierta guerra, en la que pregunté si estarían allí los que fabrican armas en las dos fábricas que hay (había) en mi provincia. Me dijeron que tenían el mismo derecho que yo. No me gustó la respuesta de aquellos responsables del gobierno. Es como si un torero se halla en una protesta contra el escarnio del Toro de la Vega y yo reencarnado en el animal. O se está contra la guerra o no se va a esa pantomima. Creo que hay mucho de parodia en los actos públicos multitudinarios: los que inducen a la guerra sí están, es por intereses propios, nunca para la defensa de las masas. Y aunque esto no tenga mucho que ver con lo tratado, sí va ligado a los hechos.

Es cierto que voy contracorriente, pero permítaseme dé una explicación, a mi corto entender, de lo que motiva esta tragedia.

Todo puede ser causa de chacota. Es fácil mofarse de los demás, pero desde hace mucho me di cuenta que es cierto que mi libertad termina donde comienza la de mi prójimo. No de todo se puede hacer risa y si se hace debe uno atenerse a las consecuencias. Hay en esta tierra un dicho popular que reza que “los curas no caen de los castaños” (porque no suben a varear los frutos). Esto puede ser así, pero no justifica el que te metas con el Papa. Si quieres vejarlo, busca un motivo, pero si quieres hacer un chiste de la religión o de otra cosa hazlo si con ello disfrutas o es tu medio de vida, pero piensa que los demás están en su derecho a pararte los pies. Puedes reírte del majadero, porque eso es fácil, pero ¡ojo!, esto se puede volver en tu contra porque, como seres humanos, son dignos de respeto. Además es de ser mal nacido burlarse del débil y con esto no quiero decir que esté justificada una masacre por haberse inmiscuido en sus asuntos.

Parece ser que en los templos de religión islámica no existen imágenes de su profeta. Respeta esto que tú no eres nadie para juzgar otras creencias. Es su credo y con eso basta. ¿Cómo se puede hacer broma de algo así siendo intelectualmente maduro? ¿Vale todo en esta loca sociedad?

Cada cultura, con sus defectos, debe dejar vivir o vegetar a los habitantes que forman ese pueblo. Si Charlie Hebdo explota la parodia y la burla, solo nos queda decir por los muertos que la tierra les sea leve. La religión, los medíos de comunicación y los políticos seguirán manipulándonos y riéndose en sus mullidas poltronas.

Los que mueven a las masas, tanto del culto como de cualquier índole, no caen del castaño. Respetemos todas las creencias para que no demos lugar a que los fanáticos usen las ametralladoras fabricadas por los poderosos.

Esta es la visión de un ateo. Y si está equivocado, ¡adios! a lo que pomposamente llaman civilización

Haxa salú!








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